sábado, 18 de junio de 2011

La 1:30 de la mañana, un viernes. Apenas puedo escribir con mis manos que no dejan de temblar, (por cierto, odio que me pase esto cada 2 x 3) mi corazón va a mil por hora y ni te cuento mi cabeza. Que no, que si, que un poco menos, que tal vez un poco más, que ya no tanto, que podría ser, que mejor no, definitivamente no.  Repito, pequeños detalles que pueden cambiar en un segundo mi estado anímico. No soy bipolar, pero puede que me acerque. jajaja. Todo por no ser escuchada por un minuto, una estupidez. Adiós.

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